jueves, 2 de abril de 2009

“EN LA LONA”


Hace algunos meses, cuando se supone que íbamos a tener un invierno durísimo y según nuestro optimista secretario de Hacienda la crisis iba a ser “sólo un catarrito”, mi chevy empezó con convulsiones. Curiosamente, la crisis resultó ser una pulmonía casi fulminante y mucha gente pasó la navidad en camiseta y tomando cerveza en el patio de su casa. Pero lo que me interesa contarles es lo referente al episodio epiléptico de mi carro. Un día, tan aparentemente normal como todos, me disponía a ir al trabajo y, como hago siempre, subí al chevy, giré la llave de encendido… y, ¡oh, desilusión!, empezó aquél con una temblorina que parecía licuadora. Tras de unos segundos de mortal suspenso, el traqueteo remitió poco a poco y todo quedó en un ronroneo enigmático y misterioso. Diagnóstico: compañero de mil batallas, ya requieres afinación. Y siguiendo los designios de la idiosincrasia mexicana dije en voz alta: ¡Mañana mismo te llevo al mecánico!

Eso pasó un lunes. Al sábado siguiente, estaba considerando seriamente cumplirle la promesa a mi carrito y mientras hacía ajustes mentales de mi presupuesto, pasé frente a una refaccionaria cuyo letrero llamó mi atención: SE AFINAN CHEVYS. BARATO. Tras repetir la consabida frase de que “lo barato cuesta caro” y ponderar lo valioso que es mi vehículo, decidí pasarme de largo. Entonces recordé que faltaba semana y media para la quincena y, tras una artística vuelta en U, me estacioné frente al negocio. “¡Total, nada pierdo en preguntar!”, pensé. El chevy pareció emitir un bufido que sonó a insulto pero haciéndome el que no oí, descendí del heroico automotor y entré a la refaccionaria.

El encargado, que a la vez resultó ser el mecánico en jefe, resultó ser un hombre muy amable y que sonreía con la felicidad propia de aquellos que no leen el periódico. Escuchó atentamente la sintomatología del caso, salió a hacer una inspección personal y siempre sin dejar de sonreír, cotizó sus servicios. Al principio, creí no haber oído bien. “Perdón, ¿cuánto?”. Y no conforme con repetir el precio, agregó: “Y no sé dónde le arreglaban su carro antes, pero trae el motor hecho un cochinero. Pagando la afinación, el lavado del motor es gratis.” “¿TAN BARATO?”, pregunté de nuevo. El mecánico de la sonrisa perpetua se limitó a señalar el letrero que ya había visto. Cual político de altos vuelos, sentí que me invadía el sospechosismo: “Y…¿cuánto se tarda? Porque veo que tiene trabajo adelante.” “Tres horas”, respondió sin inmutarse. Y exactamente en el tiempo y por el precio estipulado, un chevy renacido regresó a su feliz dueño con su motorcito rechinando de limpio. A la fecha mi carro anda veloz cual saeta, venturoso de haber encontrado un mecánico que trabaja bien, barato y cumple con lo que promete. Como dicen los que saben: “Esos son garbanzos de a libra.”

A estas alturas del relato, alguien ya se estará preguntando: ¿Que aquí no se iba a hablar de diseño? ¿Y a mi qué me importa el carro de este tipo? Pues bien, la idea de este prólogo automotriz es facilitarles lo siguiente: ahora imagínense que el buen hombre me hubiera dicho: “Le cobro 50 pesos por limpiarle el motor y la afinación le sale gratis.” Eso, sumado a su sonrisa permanente me hubiera hecho pensar dos cosas: primero, que me estaba atendiendo un psicópata peligroso que no sabe nada de mecánica pero que atrae a sus víctimas con letreros engañosos; o, segundo, que estaba tan urgidísimo de chamba que ya lo que cayera es bueno. Porque lo lógico es pensar que el señor vive de su trabajo y no lo va a andar regalando, ¿verdad? ¿Y que dirían ustedes si yo les dijera que aquí en Chihuahua, todos los días, a todas horas y desgraciadamente, en casi todas partes, los diseñadores regalan su trabajo de la manera más descarada? ¿Ah, no me creen? Ejemplos hay muchos pero ahí les va uno de los más representativos: “LONAS FULL COLOR EN 24 HORAS. DISEÑO GRATIS”

Y esto no es nuevo. Ese es el problema. Es lo que se acostumbra. Entonces, ¿dónde queda el trabajo del diseñador? Pues, ¡en la lona!

Estoy muy agradecido con las personas que enviaron sus comentarios acerca del artículo anterior. Prometo ser más constante y más frecuente. Próximamente les platicaré el extrañísmo caso del “blanquemiento dental” ¡Nos vemos!

4 comentarios:

DULCE dijo...

Excelentes reflexiones Teacher!!!!
ya nada mas falta ver ke nos puede decir de los pobres desempleados de comunicacion que desde hace 4 años salimos y hasta el momento seguimos sin chamba.... pero komo tanto lo decia hay que AUTOEMPLEARSE...

P.D. M enkanta este espacio.

Erik AA dijo...

Otra vez más he disfrutado mucho de su narración. Me gusta el sentido del humor que le imprime, y la forma de entregar su mensaje. Creo que en muchas áreas relacionadas con el arte y la comunicación, existe poca apreciación hacía el trabajo de aquél que lo realiza y que se ha capacitado para hacerlo de forma correcta. Pero estoy de acuerdo, en gran medida somos los involucrados en el arte y la comunicación los que ponderamos esa falta de cultura, porque nosotros mismos no le damos el justo valor a nuestro trabajo, "uno tiene que comer", y esa mentalidad nos lleva a hacer concesiones, y eso es una lástima. Espero seguir leyendo sus opiniones, siempre es un placer.
Un abrazo. Erik (el que le gustó Hulk)

Unknown dijo...

pss.....perdon querido profesor pero el diseño que se regala es un par de letras con outlines y un degradado, y eso para mi no es diseño, el que una persona le mueva a un programa no quiere decir que diseñe... o para usted sii!!! el punto es que solo la gente que no diseña es quien regala y mal vende su trabajo, la gente que si sabe lo que es el diseño y eso lleva a muchas cosas, no regala ni mal vende su diseño. No es tanto que se prostituya el mercado si no que cualquier persona se cree diseñador(o las malas escuelas de diseño) y eso mismo lleva a que a las empresas o negocios les vale si su imagen es buena o no...
eso creo yo usted que opina.
atte. su ex alumno Adolfo Jaschack "fofo"

Carlos Design dijo...

pues si cualquier persona se cree diseñador, vease el autor de este bloggezaso la verdad no se por que el gordis se empeña en opinar sobre una carrera que no estudio
pff en fin, ya estoy viendo que tiene un "admirador" diferente en cada apartado, por que sera que no les contesta?
sera que no tiene ni la mas remota idea de que contestar?