miércoles, 27 de mayo de 2009

HUMOR NEGRO


¡Vaya, vaya, pero que interesante resultó esto! No pensé que hubiera tantas personitas interesadas en todos y cada uno de los aspectos de mi vida personal. Me pregunto que tan normal será seguirle la pista durante tanto tiempo a alguien que consideras mediocre. Hasta me dieron la sorpresa de rescatar del olvido unos dibujos que efectivamente hice siete años atrás. A eso le llamo yo dedicación. Para todos estos devotos fans que se nota que complementaron sus estudios de diseño con clases vía email con Pepillo Origel y Laura de América, va mi más profundo y sincero reconocimiento.

Amigos todos, se les agradece sus comentarios. Ahora permítanme abusar de su confianza y pedirles un favor. Construyamos juntos un espacio de conversación INTELIGENTE. Bastantes blogs hay por ahí que parecen más una ciberversion grotesca de pleitos de viejas de vecindad que un sitio de intercambio de ideas. Dejemos que retocen por ahí un rato estas plaguitas. El buen Francisco les lanzó un reto bastante profesional que no ha sido respondido. ¿Eso no les dice algo? Parafraseando a José Hernández y Antonio Helguera: “Bastante tienen con leer lo que no escribieron, para que además tengan que entender lo que ya dijeron.”

Pasando rápidamente a otro punto les hago extensiva la invitación que me hicieron llegar y cuya imagen encabeza esta nota. La cita es el sábado a las 8:00 p.m. en el Momo. Apoyemos a Mario el entusiasta organizador de este evento y si van ahí nos vemos. ¡Hasta luego y cuídense!

domingo, 24 de mayo de 2009

LO QUE LA INFLUENZA NOS DEJÓ



Una vez que decidí salir de mi refugio antirradiación para cerciorarme de que México había sobrevivido a la malignísima influenza, me encontré una serie de situaciones muy interesantes. En lo general, me dí cuenta que mis compatriotas ya habían pasado del apanicamiento con cubrebocas a la firme convicción de que el mentado AH1N1 nos hizo lo que el viento a Juárez; y en lo particular, me encontré en este empolvado blogspot a una galería de ilustres personajes que se dedicaron a tirar cizaña con envidiable entusiasmo. Por una parte me dio gusto ver que ha aumentado la audiencia, aunque sólo sea con la finalidad de echar tierra y por la otra, entendí perfectamente porque en algunos países con el pretexto de la influenza comenzaron a deportar connacionales por indeseables.

De entrada tenemos al Trolito de Jardín que ya es cliente frecuente de esta columna. La aplicación de la Teoría del Color le preocupa en grado sumo. Lo curioso es que parece no recordar el principio de contraste de luminosidad, también denominado contraste claro-oscuro que es muy recomendable para utilizarse en textos debido a su efectividad. A lo mejor esa parte se le pasó por llegar tarde o faltar a clase, costumbre que “constructivamente” cultiva muy bien. De pasadita se cuestiona en hamletiana actitud el porqué no le echamos más “feeling” a la cuestión de programación y utilizamos un software más dinámico para el entorno web. Recomendación muy aceptable por la cual ya mandamos azotar con cuarenta latigazos al encargado del sitio.

Tomando la estafeta aparece el Inspector de Educación y representante de los Puristas del Diseño en Chihuahua que en el más puro estilo gordillista arremete diciendo que sin mi título de “Profe”, al igual que sin mis kleenex, no puedo vivir. Además le parezco un emperrado que no he entendido que los caminos del dibujo no son los míos y me imagina en la oscuridad del cine planeando mi siguiente clase en base a la película en turno. También le brota la fibra sensible en cuanto al uso del fondo negro con letras blancas y termina recomendándome de la manera más atenta que por piedad tome un curso intensivo de diseño. ¡Ah, y que de dicha área mejor ni opine porque sólo los ungidos por los dioses del PhotoShop y del Coreldraw pueden externar su punto de vista!

Bueno, de que me gusta ser Profe eso que ni qué, sobre todo con estos exalumnitos tan amorosos. Que no ando usando el título de Licenciado (Especialidad en Ciencias Ocultas) a diestra y siniestra es porque ya cualquiera presume o se jacta de serlo aunque todavía no sale de la universidad. ¿Qué me gusta el cine y creo que puede utilizarse como material de apoyo en clase? Eso tampoco lo puedo negar. Yo creo que el Señor Inspector ha de ir a ver películas del tipo “Esta no es otra tonta película de miedo XX” y de ahí su comprensible indignación de que se utilice como material pedagógico. Yo también me indignaría. Lo bueno es que aclara que usa lentes, lo cual arroja cierta luz sobre este caso. Eso explica porque me acusa de dibujar en los indecentísimos comics de Editorial Creatuz siendo que no aparece ni un triste monito hecho por mí en las treinta y seis páginas de sano esparcimiento que ponemos a su disposición. Si acaso como autor de las historias, pero como el mismo Inspector nos hace notar que la lectura le produce jaqueca se me hace que no leyó el índice o se mareó ante el malévolo contraste de blanco y negro. Lo invito de la manera más cordial a que mientras me inscribo en mi curso del Museo Semilla, usted lo haga en uno de lectura y redacción y una visita a la óptica creo que tampoco le caería mal.

Para completar el Mc Trío, aparece en el horizonte de las luminarias del Diseño Estatal el Filósofo Cardiólogo, el cual lanza una llamada de alerta ante el preocupante nivel de colesterol en el cual nada mi sufrido corazoncito. Acto seguido me acusa de hacerle al usurpador en cuanto a las letras se refiere. ¡Recórcholis! ¡Zambomba! ¡Y demás palabras rimbombantes y elocuentes! Favor que me hace. Si este individuo llega a leer a Armando Fuentes Aguirre (si es que por casualidad llega a saber de quien le estoy hablando), le va a hacer honor a su seudónimo y va a caer al piso ipso facto (¡Uy, ahora hasta frases en latín, usted perdone!). Una vez repuesto del disgusto que le causa mi particular estilo narrativo, se lanza a la yugular de mis colaboradores y amigos (sería de visión muy corta si después de convivir con algunos de ellos por más de tres años los viera simplemente como estudiantes) tachándolos de chavitos inexpertos. Por lo que se alcanza a apreciar, mi autoproclamado cardiólogo es una eminencia en su ramo que ha de ganar hartos millones y ya se las sabe de todas de todas en esta vida y todas las subsecuentes. Prefiero vivir en un continuo proceso de aprendizaje y tener sueños guajiros que regodearme en la soberbia del que se cree poseedor de la verdad absoluta. Además, ¿qué se puede esperar de alguien que de entrada empieza haciendo crítica a nivel personal? Pero en consideración a sus inquietudes médicas luego le hago llegar una muestra de orina para que se entretenga.

Y como en toda Cajita Feliz no puede faltar el juguetito mutante, cerramos el desfile con el Psicólogo en Ciernes, quien llama a la cordura e invita al respetable a emplear su tiempo en cosas mejores y evitar este blog mediocrón, de baja autoestima y tendencias suicidas. Éste si me conmovió hasta lo más profundo de los tuetanitos de mi aerodinámico diseño corporal. Desde que leí su comentario no he dormido y de la honda pena que me embarga ya he bajado un gramo. Y yo que pensé que sólo en el Metro Flog y el Facebook te enterabas cuanto te quiere la gente. En resumen, un selecto grupo de finísimas personas.

Antes de concluir este pugilato cibernético, que es parte de la dinámica de un blog, quiero aclarar que, efectivamente el ya añejo caso del blanquemiento dental se refiere a una triste lona que anunciaba los servicios de un consultorio dental y que después de que hicimos la mención aquí desapareció misteriosamente. A lo mejor quien se aventó esa puntada es uno de los personajes antes citados y anda ardido. En cuanto a que si tengo derecho, credenciales o conocimiento suficientes para desarrollar este espacio de opinión, los Cuatro Fantásticos del Diseño ya emitieron su veredicto. Lo bueno es que me vale. Otro problema muy grande en el diseño local y del cual aquí tenemos un cuarteto de especímenes, es la competencia de egos que se maneja. Algunos, no todos afortunadamente, se creen paridos por Theo Dimson o que se dan el quien vive con Jorge Alderete (espero y conozcan estos nombres). Como estas criaturitas del Señor una vez que se enquistan son bastante difíciles de erradicar, más vale que nos vayamos acostumbrando a ellas, amiguitos. Así entonces, dejemos que pululen alrededor y cómo dijo Don Quijote: “¡Nos ladran, Sancho!, señal de que avanzamos.”